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sábado, 30 de abril de 2011

Déjame en paz, Amor... dice Figueroa

Déjame en paz, Amor; ya te di el fruto
de mis más verdes y floridos años
y mis ojos, ligeros a sus daños,
pagaron bien tu desigual tributo.

No quiero agora yo con rostro enjuto
sano y libre cantar mis desengaños,
ni por alegres y agradables paños
trocar tu triste y congojoso luto:

en llanto y en dolor preso y cargado
de tus antiguos hierros, la jornada
quiero acabar de mi cansada vida.

Mas no me des, Amor, nuevo cuidado,
ni pienses que podrá nueva herida
romper la fe que nunca fue doblada.
Francisco de Figueroa, El Divino (1535-1588)

sábado, 16 de abril de 2011

Nada es lo que parece

Improbable lector, ésta es mi tierra, la Tierra de Campos. Ya lo decía D. Ramón Pérez de Ayala, veraneante ocasional en el pueblo de su padre -Valdenebro de los Valles- en su poema "Castilla":

"Cruzan por tierras de Campos, desde Zamora a Palencia
que llaman tierra de Campos lo que son campos de tierra."

Tierra de Campos